viernes, 1 de julio de 2011

Un cachito en tu colchón.

De buenas vuelvo a suplicar un cachito en tu colchón
para que arropes y cuides mi corazón.
Me agarro a tu mirada para que sigas jugando al escondite,
y no enroques nuestra partida.

Te miro.
Pero cómo escapar de ti, si divisé mi isla en tu playa.
Porqué dejarme volar si ya encontré mi tierra sin camarón.

Tú, cómplice, levantarás dulcemente las sábanas
y me invitarás a soñar.

Dejarás un cachito, con calma,
y mis ojos te sonreirán mirando en el techo las estrellas.

Dejaremos la ventana entreabierta, para que la luna nos vigile,
y me avise de que nadie te pueda hacer daño.

Dormiré nuevamente en el cielo.
Y confundiré tu aliento con olas que mueren en mi almohada.
Y tu pelo enredado se mezclará con mi arena.

Odiaré a la luz de la mañana
que azotará nuestro descanso.

Y yo, de nuevo,
soñare despierto
en que regrese el momento,
que me guardes un cachito en tu colchón.