jueves, 3 de marzo de 2011

Cuando fuimos los mejores.

Parece que fue hace una eternidad. Pero aún somos los campeones. Continuamos en lo más alto del podio. La rabiosa actualidad distrae y no paramos a recordar lo sucedido ayer. En mente está el próximo partido.
  
La imagen dada por este grupo de deportistas, guiados por el impasible Marqués Del Bosque, transcendió del mero deporte. Saltando del césped a los confines del buen comportamiento y talante (como diría aquel presidente). Tal ha sido la conducta de nuestros héroes que bien podrían haber servido para un estudio por parte de Friedrich Nietzsche titulado “Genealogía del comportamiento cívico”.

El caso es que el campeonato realizado por el conjunto español ha sido excelente en todos los aspectos y ha conseguido que con el paso de las jornadas del Mundial de Fútbol de Sudáfrica cada vez se fueran enganchando al espectáculo más seguidores; incluso aquellos a los que nunca les había atraído el fútbol.

Los campeones vistos por los ojos de Matt Groening


Tras unas agónicas eliminatorias en las que no faltó sufrimiento, miedo, tensión y grandes dosis de emoción, el combinado español se plantó en la final ante la temible selección Holandesa; a priori la que más semejanzas en juego demostraba hasta ese momento.
Desde el inicio del encuentro se pudo observar que el encuentro sería complicado. Holanda, un conjunto que históricamente acostumbró a los aficionados a disfrutar de un juego vistoso y de buen toque coqueteaba con el juego marrullero destructor. La propuesta orange era a conciencia y premeditada. Se sentían inferiores ante el encanto ofrecido por nuestros hombres, y optaban por la destrucción y amedrentamiento con descaro.
Y bajo toda presión, en una final que España no había jugado en toda su historia, ante la atenta mirada del planeta… nuestros pequeños jugadores continuaron fiel a sus convicciones y no cambiaron su discurso anteponiendo el balón y las doctrinas nobles del deporte frente al futbol rudo y violento que practicaron los tulipanes. En el momento de mayor compromiso España mantuvo sus ideas. No florecieron ni las dudas ni el miedo.

...Y en un final épico, como si se tratara de una película del mismísmo Hitchcock; cuando el cansancio oprime las ideas y merma el músculo que más ejercitan nuestros jugadores, el cerebro, se produjo el milagro. Después de que el “santo” Casillas nos salvara de la catástrofe, y el árbitro permitiese la brusquedad del contrario. Después de que perdonásemos las ocasiones de ser campeones por derecho propio. El deporte se rindió a la evidencia y premió la actitud de un colectivo y su derecho a tocar el cielo.
No voy a narrar el gol in extremis que nos hizo llorar de alegría y olvidar los problemas que acucian el país por unos momentos. Sólo diré que cuando Iniesta empujó el balón a las mallas de la portería contraria se premió una manera de ver la vida. Sí, se hizo con esfuerzo y sudor, con respeto a los demás, dándole importancia no sólo al fín; si no a la forma y al fondo. Porque la plasticidad y el buen gusto no van reñidos con los resultados.
Final mudial Sudáfrica 2010

...porque en el Olimpo ya se acostumbraron a recibir visitantes españoles...

Gracias a estos jugadores por hacernos creer en que el camino correcto también es posible.

P.D.: Espero que aunque La Isla sin Camarón se haya desmarcado de su línea editorial habitual les haya gustado. Ah! y esperamos sacar tiempo para seguir paseándonos por La Isla con más frecuencia.  
Abrazos. 

1 comentario:

  1. Que grande kikito...que grande....

    con tus palabras vuelvo a vivir lo que fue creer en nosotros, en el buen hacer, que era ser un equipo, en la humildad....aquel dia y aquella noche de celebracion... entonces fuimos los mejores, si señor...gracias a ti y a aquella seleccion, la nuestra...

    Dani Redondo

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